El plan de control de plagas, también denominado plan de desinsectación, desratización y desinfección (DDD), se refiere a la aplicación de una serie de medidas preventivas y de control que deberán ser empleadas, especialmente, en establecimientos alimentarios de forma periódica para evitar la presencia de insectos y roedores que puedan constituir una plaga.
Desarrollo del plan de control de plagas
El plan de control de plagas debe estar documentado y recoger los puntos del programa, así como los registros derivados de su aplicación.
En general, el proceso general de un control de plagas será del siguiente modo (adaptándose a las características específicas de cada cliente):
- Análisis de las posibles plagas.
- Establecer las medidas de control de plagas, mediante un plan de actuación:
- Empleo de métodos indirectos o pasivos (medidas higiénicas, barreras físicas)
- Empleo de métodos directos o activos (mecánicos, físicos, químicos y biológicos)
- Comprobación, a través del registro de control y las acciones correctoras de barreras y métodos directos, así como de la periodicidad de las acciones.
- Ante incidencias por presencia de plagas se aplican acciones correctoras, y si aun así persisten es necesario volver al segundo paso y redefinir el programa. Si los resultados son los esperados se culmina el proceso, procediendo únicamente con la verificación y seguimiento.
Análisis de las posibles plagas
El primer paso en la implantación de un plan de control de plagas, es realizar un análisis de las posibles plagas que pueden desarrollarse en el lugar.
Detectar la presencia de animales indeseables
En el caso de la industria alimentaria, se debe detectar rápidamente la presencia de insectos y roedores a fin de evitar su proliferación, pues, una vez que alcanzan el nivel de plaga, la lucha contra ellos es mucho más costosa y requiere el empleo de productos químicos. Las plagas más comunes en la industria alimentaria, son: roedores, insectos y aves, que son capaces de contaminar e inutilizar grandes cantidades de alimentos.
Estos agentes son los responsables de numerosas enfermedades que pueden afectar tanto a personas como a animales:
- Los roedores: pueden transmitir salmonelosis, leptospirosis, triquinelosis, neumonía, etc.
- Los insectos voladores: pueden transmitir meningitis, cólera, salmonelosis, tifus, hepatitis, etc.
- Los insectos rastreros: pueden transmitir salmonelosis, helmintos, virus, hongos, protozoarios. etc.
- Las aves: pueden transmitir salmonelosis, histoplasmosis, toxoplasmosis, tuberculosis, neumoencefalitis, etc.